EN ABRIL NACIÓ EL AMOR.

Mi mamá es una amante y conocedora de la cultura española. Nunca ha estado ahí pero es capaz de contar a detalle cosas que ha leído y conocido a través de documentales, libros y música. El grupo “Mocedades” forma parte de ese acervo cultural y de su propia historia. Quizás se deba a aquella lejana ascendencia española en nuestras vidas.

Es por eso que, todos los días de mi cumpleaños, sacaba su disco de acetato y ponía la canción “En abril nació el amor” Pero yo era una niña y la familia es poco expresiva en materia de cariño y no entendía aquello que mi mamá hacía, hasta que crecí y entendí que era una forma de tantas que tiene y tuvo, de decirme que me quería. Y la vida me dio esa oportunidad de hacérselo saber al grupo. No fue algo planeado. Simplemente salió de mi boca compartir esta vivencia. Y gracias a ello, otros pudieron hacerlo también porque, aunque es la época de la nueva música y de los corridos tumbados, ¿quién no tiene un recuerdo con Mocedades?

Recuerdo también que “Tómame o déjame” me sacó un mar de lágrimas cuando rompieron en mil pedazos mi corazón. Al escucharla quería que el perpetrador en algún momento se sintiera efectivamente más pequeño cuando lograra recuperar la dignidad. Pero seguía llorando y le reclamaba al amor de hombre que me hacía llorar una vez más… una de tantas veces más…Es increíble como una canción describe una situación narcisista, el que viene y va pero se niega a quedarse pero no deja respirar. Cuando veo a mi madre y la escuchaba cantarla, pienso en lo que alguna vez debió haber sufrido pero nunca me lo pudo expresar. Amor de hombre. ¿Dónde estás corazón?

Pero todo pasa y después de la tormenta a todos nos llega la calma. Aunque la tempestad parezca eterna, en algún momento clarea el día. Y llega el agua de la fuente para quitarnos la sal del mar obscuro y frío. Llega por fin la mañana de verano y entonces podemos volver a respirar y miras a quien tienes enfrente, a quien te tendió la mano salvadora y quizás puedes decirle entonces: eres tú. Y tienes por fin, fuego de hogar.

Los clásicos son los clásicos. Se reinventan, se actualizan, pero se sostienen en el tiempo por su calidad musical, por su calidad artística y pasan de generación en generación. Hoy en día atesoro la canción que mi madre me ponía y pienso que es así como ella me quiere…hasta que llegue el último de sus alientos y lo guarde para siempre en mi corazón